Paseando con Ana y su
esposo Edgar en la plaza San Martín de Lima-Perú
Ana es una persona maravillosa, el
gran empeño que despliega en toda actividad que inicia es realmente asombroso, cree firmemente en lo que realiza, ahora
empezara nuevamente a ejercer su profesión Servicio Social y se encuentra
feliz, ella se compromete realmente con la ayuda social, ha trabajado muchos
años en este campo.
Además tiene unas manos
maravillosas para las labores manuales, actualmente realiza estampados y
bordados en tela que son una maravilla. Y se da tiempo para cuidar a su última nieta.
Edgar su esposo siempre fue
considerado como hijo por mis padres, nosotros lo consideramos nuestro hermano
mayor, tuvieron cinco hijos todos casados, que les brindaron varios nietos los
últimos; Sebastián hijo de Yuri y Gracia hija de
Katiuska, mi ahijada.
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