Ustedes saben lo que se siente cuando se pierde un ser
querido?. Por lo menos se lo pueden imaginar, algo parecido nos sucedió a la
familia de el Tayo, cuando el jueves Santo 13 de abril del 2006, después de un
suculento almuerzo, mi padre decidió dar un paseo por las calles de la
urbanización donde vivía al lado de mis hermanos y nietos, sin decir nada
silenciosamente salió a la calle.
Cuando se dieron cuenta en la casa, salieron presurosos a
buscarlo, sin poder hallarlo, por lo que los demás miembros de la familia que
se encontraban en ese momento se unieron a la búsqueda, calle por calle de la
urbanización; encontrándose con un sereno y le preguntan por el Tayo dándole
sus características, a lo que el sereno (vigilante de la municipalidad) les
responde que han encontrado a una persona con esas características muerto en
los Pantanos de Villa (sitio ecológico cerca a la urbanización) mi hermana Gloria al escuchar al sereno le bajo la
presión y casi se desmaya por la impresión, al pedir más información el sereno
les dice que el día anterior había sido
el hallazgo , se recuperó la calma y continuo la búsqueda, ya todos los
hermanos estaban en Chorrillos ayudando en la búsqueda; menos yo, mi esposo me convenció
que era mejor quedarme esperando alguna noticia, le hice caso, yo vivo en La
Perla–Callao, que bien que lo hice; a las 8.00p.m. Mi hermano recibió una
llamada avisando que mi padre se encontraba en el Callao entre La Colonial y
Guardia Chalaca en una tienda.
Mi hermano inmediatamente me llamo para darme la noticia. Salí inmediatamente con mi esposo a recoger a mi padre, agradeciendo a esta señora generosa que socorrió
a mi padre, él se encontraba contento comiendo unos ricos anticuchos que le había
invitado la señora.
Ya en casa le cure una pequeña herida en la rodilla, tuvo una
caída felizmente leve, al rato llegaron mis hermanos, todos preguntando como
hizo para llegar al Callao, Chorrillos queda como a 2 horas de camino, haciendo conexión de
2 micros para dirigirse al Callao, mi
padre contaba con 95 años usaba bastón y ya no podía caminar solo, ya no se
orientaba bien por eso no lo dejábamos salir solo.
Mi padre estaba contento
y tranquilo, como un niño que había hecho una travesura, contaba que había caminado
desde Chorrillos hasta el Callao, lo cual nadie le creía.
Perderse entre Lima y Callao es peligroso, y lo único que hice fue rogarle a Dios que lo cuide, gracias a él tuvimos al Tayito de nuevo con nosotros sano y salvo, como llego solo hasta el Callao nunca pudo explicarnos claramente su aventura.
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